lunes, 25 de julio de 2016

Onfire


Luciérnagas aparecieron de repente

Titilantes dieron luz al instante

Gnomos montados en centauros

Acercaron como ofrenda un nido de pétalos

El viento expectante detuvo sus bríos

Para ser testigo…

Del mirar de tus ojos en los míos

De tus labios aromados en azahares asomando

En el rojo fulgor de su contorno

Como pedernales encendiendo en llamas

El calor de mis besos ausentes de inocencia

Ardiendo en tu boca hasta extinguir el deseo

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